El duelo por la desaparición de un ser querido

La muerte se ha convertido en un tema tabú, hablar de ello es inquietante e incluso desagradable, a pesar de ser lo único que tenemos seguro desde que nacemos. Nos enfrentamos a la muerte de un ser querido cuando nos toca, experimentando mucho miedo, incluso intentando evitar el dolor que supone asimilarlo. Dependiendo de los componentes culturales y religiosos que nos rodean, las respuestas emocionales ante una pérdida serán diferentes. El duelo es un proceso normal, doloroso e inesperado en respuesta a la muerte de un ser querido o de una pérdida significativa.

En cambio, el duelo por desaparición de un ser querido es una situación límite, un trauma que no se resuelve, lo cual, alarga el proceso de aceptación de la pérdida. La ausencia de un cuerpo genera mucha incertidumbre sobre lo que ha podido suceder. No existen pruebas de realidad sobre la muerte, lo cual, genera una gran dificultad para que los familiares y personas cercanas se puedan adaptar a una nueva realidad.

Consecuencias de la incertidumbre

Cuando desaparece un ser querido se genera mucha incertidumbre entre los allegados de la persona desaparecida. Esta incertidumbre puede tener algunas consecuencias como las que te describimos a continuación:

• La calidad de vida se deteriora, su rutina cambia de forma radical girando entorno a la búsqueda del desaparecido. Puede que descuidemos las necesidades básicas, como comer, dormir, etc.
• Existe dificultad para aceptar la noticia de la pérdida, ya que no hay constancia de la muerte.
• Puede desencadenar un duelo crónico, caracterizado por el dolor y la pena excesivos sin alivio ni fin. Podemos quedarnos anclados en alguna fase del duelo, como la rabia, la tristeza, la negación, etc.

La culpa en un proceso de duelo

Por una parte, los allegados sienten la necesidad de continuar con su vida y de liberarse del dolor. Pero este camino produce culpa, ya que creen que eso implicaría renunciar a la esperanza de reencontrarse con el desaparecido. La culpa produce mucho miedo, nuestras creencias negativas nos convencen de que si dejamos de sufrir hemos olvidado a esa persona o hemos dejado de quererla. Una culpa mal gestionada puede causar un bloqueo emocional, el cual nos impide continuar y aceptar la pérdida.

Te explicamos cómo funciona el circulo vicioso que puede generar esta culpa:

1. La culpa nos paraliza e incapacita para seguir adelante.
2. Esto, nos aleja de la responsabilidad afectiva, necesaria para hacernos cargo de lo que sentimos y ponernos en marcha.
3. Pasamos a autocastigarnos para sentiremos menos culpables, pero conseguimos todo lo contrario.
4. Finalmente, el castigo nos desmotiva aun más, y no nos ayuda a conseguir lo que queremos.

¿Cómo podemos hacer más llevadero el duelo por desaparición?

Algunos familiares de personas desaparecidas cuentan su proceso de duelo para ayudar con su historia y su experiencia a otras personas. Aquí te presentamos otras estrategias que pueden ayudar a afrontar una experiencia tan dura como es el duelo por desaparición:

Rituales fúnebres simbólicos

Teniendo en cuenta las costumbres de los familiares, se ha comprobado que llevar a cabo un “entierro simbólico” ayuda a cerrar y permite a los familiares despedirse de la persona desaparecida. Por ejemplo: Enterrar, celebrar una misa, reunirse con amigos y familiares, etc.

Grupos de apoyo

Estar en contacto con personas que han pasado por algo parecido o lo están pasando en este momento nos ayuda a sentirnos cómodos para poder expresar nuestro dolor. Escuchar testimonios también aumenta la esperanza de poder encontrar paz y bienestar dentro de una situación tan difícil.

Expresión a través del arte

Lectura, escritura, pintura, baile, etc. cualquier forma de expresión nos puede ayudar a reconstruir de forma simbólica una experiencia dolorosa, expresando las emociones, dando significado a lo vivido y ordenando la memoria eligiendo qué recordar. Ejemplo: Apuntarse a un curso, explorar pequeñas hobbies que nos gustan pero que no empleamos tiempo en ello, etc.

Apoyo social

Como se ha comentado, es muy común tender al aislamiento y encerrarse en el dolor, estos factores se relacionan con la depresión. Las personas que lo han vivido consideran que abrirse a los demás, dejarse apoyar y compartir su dolor con las personas queridas les han ayudado a afrontar el proceso. En muchas ocasiones se cree que no es justo “cargar” a los demás con el problema, pese a esas creencias las relaciones sociales mejoran. Además las personas con una buena red de apoyo tienen mas estrategias de afrontamiento ante eventos traumáticos.

Terapia psicológica

Dar el paso es complicado, pero pedir ayuda es necesario, es humano. Normalizar que no podemos con todo y no por ello somos menos fuertes es imprescindible para comenzar este camino. Este proceso ayuda a expresar y gestionar las emociones, a disminuir la sensación de soledad y culpa, a cambiar la percepción sobre la desaparición y reestructurar los proyectos vitales.

En conclusión

Enfrentarse a la desaparición de un familiar es una de las situaciones más complicadas que existen en la vida, el duelo por desaparición es una situación límite. Por ello es imprescindible que pongamos todos nuestros medios al alcance de los allegados, para acompañarlos en un camino tan duro.

Para los familiares de personas desaparecidas es importante poder elaborar el duelo, a pesar de la incertidumbre continua. Aunque es difícil y duro, también es necesario poder continuar con nuestras vidas, a pesar de sentir la falta de control y de respuestas a nuestra pérdida.

Autora: Sara Ávila

Psicóloga General Sanitaria en Self Psicólogos Majadahonda

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Palabras clave: duelo, desaparición, resiliencia, apoyo familiar, superación, autocuidado, convivir con el dolor.