¿Qué personalidad tienes según la teoría del análisis transaccional?
La teoría del análisis transaccional se centra en el crecimiento personal y en cómo interactuamos con los demás. Una parte importante de esta teoría son los estados del yo, que nos ayudan a entender cómo funciona nuestra personalidad y cómo nos expresamos a nosotros mismos y a los demás. Según el análisis transaccional, nuestras formas de comunicación actual están influenciadas por patrones que se establecieron en nuestra infancia. A veces, podemos tener heridas del pasado sin resolver o situaciones difíciles que no manejamos de manera saludable, sin darnos cuenta de ello. Al comprender desde qué estado del yo nos comunicamos, podemos descubrir si estas heridas del pasado están afectando y limitando nuestras relaciones actuales.
Los estados del yo: comprendiendo nuestra personalidad y relaciones humanas
Los estados del yo son los diferentes modos en que nos expresamos y nos comportamos, que están influenciados por nuestras emociones, pensamientos y conductas. Según la situación o el momento, podemos pasar de un estado del yo a otro, cambiando nuestro tono de voz, postura, actitudes y emociones. Según la teoría del análisis transaccional, cada persona tiene tres estados del yo: padre, adulto y niño.
El estado del yo padre se caracteriza por actuar, pensar y sentir de manera similar a cómo lo hacían nuestros padres o personas de referencia en nuestra infancia. Cuando estamos en este estado, podemos transmitir ideas sobre la vida, lo que debemos hacer, las normas que debemos seguir… Dentro del estado del yo padre, existen dos subestados: el padre nutritivo, que cuida, protege, anima y da permisos a los demás; y el padre crítico, que juzga, critica y pone límites muy rígidos.
El estado del yo niño se caracteriza por actuar, pensar y sentir en el presente como lo hacíamos cuando éramos niños. Cuando estamos en este estado, podemos ser impulsivos, creativos y actuar de forma automática. Dentro del estado del yo niño, existen tres subestados: el niño adaptado, que hace lo que se nos dice sin reflexionar o se opone y hace lo contrario, suelen desencadenar sentimientos de culpa, rabia, sumisión…; el pequeño profesor, que es nuestra parte creativa, manipuladora e intuitiva; y el niño libre, que es más genuino, espontáneo y juguetón.
El estado del yo adulto es el estado donde nuestras emociones y actitudes están adaptadas a la realidad que vivimos en el presente «aquí y ahora». Desde este estado, somos objetivos, reflexivos y utilizamos nuestra experiencia y la lógica para solucionar problemas.
Comprendiendo las contaminaciones en el análisis transaccional
Las contaminaciones son interferencias en el estado del yo adulto que nos impiden ser objetivos al ver la realidad desde nuestro estado del yo niño o padre. A menudo ocurren cuando tenemos miedos o bloqueos sin resolver del pasado. Existen dos tipos de contaminaciones: el estado del yo adulto contaminado por el padre, que se manifiesta en prejuicios; y el estado del yo adulto contaminado por el niño, que se manifiesta en ideas, fantasías y autoengaños que aceptamos como verdaderos.
Los estados del yo se influyen mutuamente y es importante ser conscientes de cómo están afectando nuestro pensamiento y comportamiento. Cuando los tres estados del yo están en armonía, nos sentiremos bien después de realizar una acción, pero si no lo están, podemos sentir emociones desagradables como culpa, vergüenza o rabia.
Descontaminando al estado del yo adulto para mejorar la comunicación
Es importante descontaminar al estado del yo adulto para poder estar la mayor parte del tiempo en este estado y así dirigir nuestra vida de manera más efectiva. Una forma de identificar en qué estado del yo nos encontramos es prestar atención a nuestra comunicación no verbal.
Por ejemplo, si nuestro mensaje verbal es razonable y lógico pero nuestra comunicación no verbal (como nuestro tono de voz o nuestros gestos) no coincide, es posible que estemos actuando desde un estado del yo diferente al adulto. Este caso, podría ser un ejemplo de estar molestos con nuestro pareja por no haber realizado las tareas que le correspondían (estado del yo adulto), pero nuestro tono de voz elevado y el hecho de señalar con el dedo (comunicación no verbal) podrían indicar que estamos actuando desde el estado del yo padre. Es importante ser conscientes de estas dinámicas para poder comunicarnos de manera más efectiva y evitar conflictos innecesarios.
Alcanzar la integración emocional con el análisis transaccional
Un adulto integrado, según el análisis transaccional, es aquella persona que ha trabajado en sí misma para superar las heridas emocionales del pasado y puede enfrentarse de manera saludable a la realidad actual. Algunas características de un adulto integrado son: tener conciencia de sus necesidades, deseos y emociones, ser responsable y tomar decisiones basándose en las circunstancias actuales, tener metas y valores a los que aspirar mientras respeta a los demás, y estar en contacto con la realidad. El objetivo del análisis transaccional es ayudar a las personas a alcanzar este estado de integración emocional para poder vivir de manera más plena y saludable.
El proceso de autoconciencia es un desafío, ya que a menudo nos faltan las herramientas adecuadas o simplemente no nos hemos tomado el tiempo para reflexionar sobre nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Sin embargo, es importante recordar que cada uno de nosotros es responsable de nuestra vida y que no debemos dejar que el pasado nos limite en nuestras decisiones presentes y futuras. Si sientes que necesitas ayuda para iniciar el camino de la introspección, considera buscar el apoyo de un psicólogo o terapeuta, quien puede guiarte y proporcionarte estrategias para ayudarte a entenderte mejor a ti mismo y a tomar decisiones más saludables.
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Escrito por Self Psicólogos en Majadahonda
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Bibliografía
Lizeretti, N. P., Gimeno-Bayón, A., & Cobos, A. (2014). Inteligencia emocional y valores éticos. Revista de psicoterapia, 25(97), 79-104.
Vallejo, J. O. Los estado del yo y las tres funciones básicas.
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