5 oportunidades para establecer límites con empatía en el aula

En el aula y en otros entornos educativos, a menudo surgen situaciones comunes en grupos que pueden convertirse en oportunidades para establecer límites con empatía hacia los niños y adolescentes. En este artículo, presentamos algunas estrategias para establecer límites de manera saludable en cinco situaciones típicas de grupo:

Sobreexcitación: energía en acción

¿Qué es la sobreexcitación y motivos por los que puede estar excitado? La sobreexcitación es un estado en el que un niño se encuentra extremadamente emocionado o energizado, a menudo debido a eventos emocionantes o situaciones estimulantes. Puede manifestarse como inquietud, hiperactividad o un exceso de energía que necesita ser liberada.

Imaginemos a Juan, un niño lleno de energía después de la escuela. En lugar de reprenderlo por su exceso de energía, podemos llevarle a un parque cercano, invitarlo a jugar fútbol o correr alrededor del campo. Darle una salida física para que canalice su energía y aprenda sobre los límites de forma divertida.

Podemos recurrir a comunicarnos de la siguiente manera: «¡Veo que tienes mucha energía hoy! ¿Qué te parece si vamos al parque y jugamos un poco para gastarla?» Si no hay espacio o estamos en el interior, una opción podría ser practicar algunos ejercicios de respiración o yoga para ayudarlo a calmarse. 

Niños «graciosos»: el momento adecuado para las risas

¿Qué hace que los niños puedan empezar a hacerse los graciosos? Los niños a menudo comienzan a hacerse los graciosos como una forma de llamar la atención o para sentirse aceptados por sus compañeros. Hacer chistes y buscar risas puede ser una forma de expresar su creatividad y ganarse la aprobación de los demás.

Pensemos en Sarah, tiene un gran sentido del humor, pero a veces hace chistes inoportunos en clase. Después de la lección, tenemos la opción de hablar con ella y elogiarla por su creatividad, pero también de explicarle que en clase necesitamos un ambiente tranquilo para aprender.

Podemos decir algo similar a: «¡Sarah, me encanta tu sentido del humor! Hacer chistes es genial, pero ¿qué te parece si guardamos las risas para el recreo y nos concentramos en la clase por ahora?» Si Sarah no obedece, podría ser útil tener una señal acordada, como un gesto discreto, para recordarle cuando esté hablando en un momento inapropiado.

Niños emocionales: respirar y sentir

¿Qué son niños emocionales? Los niños emocionales son aquellos que experimentan y expresan sus emociones de manera intensa. Pueden sentirse abrumados por sus sentimientos y tener dificultades para manejarlos de manera adecuada.

Imaginemos, María se siente abrumada por un mal día en la escuela. Podemos enseñarle a hacer respiraciones profundas para ayudarla a calmarse. Es importante practicar esto con ella, inhalando y exhalando lentamente, mostrándole cómo controlar su respiración.

Podemos acercarnos a María con algo parecido a: «María, cuando sientas que las emociones son demasiado fuertes, intenta respirar profundamente conmigo. Inhala, exhala… Así es como podemos calmarnos juntas.» Si María no obedece, intentaremos redirigir su atención hacia algo que le guste, como una actividad creativa o escuchar música relajante.

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Interrupciones: hablar sin interrumpir

¿Por qué los niños interrumpen y qué motivos puede haber? Los niños a menudo interrumpen debido a la emoción, la impaciencia o el deseo de ser escuchados. Pueden carecer de habilidades para esperar su turno y pueden sentir que su contribución es muy importante en ese momento.

Pensemos en Pedro, que quiere compartir una idea durante una reunión familiar. Tenemos la oportunidad de animarle a levantar la mano y esperar a que sea su turno para hablar. Cuando sea su momento, es importante que le hagamos sentir valorado escuchando atentamente su opinión.

Podemos optar por transmitirle algo como: «Pedro, levanta la mano cuando quieras hablar, así todos sabremos que tienes algo importante que decir. Estoy ansioso por escucharte cuando llegue tu turno.» Si Pedro sigue interrumpiendo, podríamos sugerirle que anote sus ideas para compartirlas cuando sea adecuado, fomentando así la expresión ordenada de sus pensamientos.

Niños con TDAH: pequeños pasos, grandes logros

¿Qué es el TDAH? El TDAH, o trastorno por déficit de atención e hiperactividad, es un trastorno neurobiológico del desarrollo que afecta la capacidad de una persona para mantener la atención, controlar impulsos y regular la energía.

Imaginemos a Ana, que tiene dificultades para concentrarse en sus tareas escolares. Podemos dividir sus deberes en partes más pequeñas y establecer pequeños premios por cada parte completada, como un breve descanso o su merienda favorita.

Podemos transmitirle algo del estilo: «Ana, vamos a dividir tu tarea en partes más pequeñas. ¿Qué te parece si terminas esta parte primero? Después, puedes tomar un descanso y celebrar juntas tu logro.» Además, consideraremos utilizar herramientas de apoyo, como temporizadores o técnicas de estudio específicas para niños con TDAH, para ayudarla a mantenerse enfocada.

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Y recuerda…

En en el complejo entorno de las dinámicas grupales enfrentamos una variedad de desafíos que requieren enfoques sensibles y efectivos por parte de terapeutas, padres y maestros. Desde manejar la sobreexcitación hasta abordar las interrupciones y establecer límites con empatía es fundamental involucrar a los niños en el proceso.

Cada regla debe tener un propósito claro y debe explicarse detalladamente a los niños para que comprendan por qué existen. Además, es esencial que los niños entiendan las consecuencias de ignorar estos límites, este entendimiento debe ser producto del diálogo y el razonamiento conjunto. Simplemente imponer órdenes sin explicación no es efectivo; la comunicación a través del razonamiento es fundamental para establecer una comprensión mutua.

A través de ejemplos prácticos, como canalizar la energía excesiva en actividades físicas o enseñar técnicas de respiración para manejar las emociones intensas, podemos ayudar a los niños a enfrentar estas situaciones de manera efectiva. Establecer límites con empatía no solo crea un ambiente seguro y estructurado para los niños, sino que también fomenta su crecimiento emocional y social en un entorno amoroso y educativo.

Arteaga García, N. V., Burgos Altamiranda, M., & Naranjo Vidal, Y. T. (2019). Tacto pedagógico y su relación con el desarrollo socio-afectivo en primera infancia (Master’s thesis, Escuela de Educación y Pedagogía).

Granados, J. M. A. (2005). Interacciones personales entre docentes y estudiantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Actualidades investigativas en educación, 5(2).

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