Ser padres coscientes

A continuación, te ofrecemos algunas pautas que te pueden ayudar a tener una comprensión más profunda de tu vida emocional y, por tanto, de la de tus hijos.

Permanece presente como padre

Cuando estamos demasiado preocupados por el pasado o el futuro, perdemos la oportunidad de estar plenamente presentes en el momento. A menudo, pensamos que estar físicamente presentes es suficiente, pero nuestros hijos necesitan nuestra intención de conexión para desarrollar el autoconocimiento y establecer relaciones sanas. Por ejemplo, en lugar de simplemente estar sentados junto a ellos mientras miran la televisión, podemos interactuar y preguntarles sobre su día, sus emociones o sus intereses.

Respeta las opiniones de tus hijos

A veces, las opiniones de nuestros hijos pueden parecernos idealizadas o incluso tontas. Antes de juzgar sus opiniones, intenta ponerte en su lugar y salir de tu propia perspectiva por un momento. Esto no significa que debas estar de acuerdo en todo, pero sí que debes tener en cuenta su punto de vista para poder entenderlos. Por ejemplo, si tu hijo expresa su deseo de seguir una carrera artística en lugar de una más convencional, tómate el tiempo para escuchar sus razones y comprender su pasión.

Disfruta del aprendizaje

Nuestros hijos son una oportunidad constante para seguir evolucionando y resolver algunos temas pendientes de nuestra propia infancia. Vive esta etapa como un proceso de aprendizaje en lugar de considerarlo una carga, lo cual te brindará una mayor apertura mental. Por ejemplo, si tu hijo te desafía con preguntas difíciles, en lugar de sentirte frustrado, aprovecha la oportunidad para investigar y aprender juntos sobre el tema en cuestión.

No des respuestas compulsivas, reflexiona

A veces, nos dejamos llevar por nuestras emociones y actuamos impulsivamente como padres. Es importante encontrar un equilibrio y ser más reflexivos, lo que nos ayudará a mantener una mayor estabilidad emocional y a tener una relación más compasiva con nuestros hijos. La reflexión nos permite elegir los valores y la educación que queremos transmitirles, en lugar de simplemente replicar lo que hemos heredado. Por ejemplo, si tu hijo se comporta de manera desafiante, tómate un momento para reflexionar sobre las posibles razones detrás de su comportamiento y buscar formas constructivas de abordarlo.

No te quedes solo con el comportamiento de tu hijo

Intenta comprender qué ha llevado a tu hijo a actuar de cierta manera. Pídele que te hable sobre sus creencias, pensamientos, intenciones, etc. Esto te ayudará a entenderlo mejor y a tenerlo más en cuenta. Por ejemplo, si tu hijo se muestra reacio a hacer tareas escolares, en lugar de simplemente regañarlo, tómate el tiempo para escuchar sus preocupaciones y encontrar soluciones juntos.

Encuentra un equilibrio en el ritmo

A menudo, nos movemos tan rápido en la vida que nos olvidamos de disfrutar el presente. No siempre es necesario hacer algo en particular, simplemente estar un rato con nuestros hijos y compartir su alegría puede ser suficiente. Por ejemplo, tómate un tiempo para jugar con ellos, salir a pasear juntos o simplemente sentarte a conversar sin ninguna prisa.

Recuerda

Cada uno de estos aspectos es una invitación a profundizar en tu relación con tus hijos y en tu propio crecimiento como padre. Al aplicar estas pautas en tu vida diaria, podrás establecer una conexión más auténtica y enriquecedora con tus hijos, creando un ambiente propicio para su desarrollo emocional y personal. Si te interesa este artículo, quizás te interese nuestra escuela de padres.