Hiperpaternidad: atención excesiva
En la sociedad actual, muchos padres se ven atrapados en el fenómeno de la hiperpaternidad. La sobreprotección ha sido alimentada por la obsesión por la perfección y la necesidad de que nuestros hijos sean los mejores en todo. En este artículo, exploraremos las causas y consecuencias de este fenómeno y discutiremos la importancia de encontrar un equilibrio saludable en la crianza.
La hiperpaternidad: un fenómeno de atención excesiva
La autora Eva Millet define la hiperpaternidad como un fenómeno de crianza que se caracteriza por una atención excesiva hacia los hijos. En este modelo, los padres se involucran de forma obsesiva en resolver todos los problemas y satisfacer todas las necesidades de sus hijos, incluso llegando a hacer las tareas por ellos. Algunas características de la hiperpaternidad incluyen:
- Los niños como centro de la familia: Todo gira en torno a los objetivos y logros de los niños, convirtiéndolos en el centro del universo familiar.
- Sobreprotección: Los niños se vuelven incapaces de hacer cosas por sí mismos, tomar decisiones o lidiar con la frustración, ya que los padres han estado haciendo todo por ellos.
- Una agenda saturada: Los niños están involucrados en una multitud de actividades extracurriculares, dejando poco tiempo para jugar, aburrirse y desarrollar su creatividad.
- Falta de crítica constructiva: Se crea una burbuja alrededor de los hijos, evitando que enfrenten la realidad y aprendan a lidiar con la frustración.
- Falta de esfuerzo: La baja tolerancia a la frustración y la falta de responsabilidades les impide confiar en sus propias capacidades y desarrollar recursos propios.
- Sobrestimulación: La constante búsqueda de actividades y estímulos para complementar la educación de los niños puede llevar a la ansiedad, la depresión y la presión por alcanzar metas.
El Underparenting: una alternativa saludable
El «Underparenting» o «sana desatención» propone un enfoque relajado de la crianza, similar al estilo de los padres de las generaciones pasadas. Esto implica permitir que los niños asuman responsabilidades, se equivoquen y tomen decisiones por sí mismos. Aunque puede sonar a caos y peligro, es importante fomentar la independencia y la libertad en los niños. Al dejarles espacio para jugar, aburrirse y aprender de la experiencia, estamos promoviendo su desarrollo.
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¿Cómo se si soy un padre sobreprotector/a?
Aquí tienes algunas preguntas que podrían ayudarte a evaluar si tienes tendencias de sobreprotección como padre/madre:
- ¿Sientes la necesidad de resolver todos los problemas y dificultades que enfrenta tu hijo/a sin permitirle que encuentre soluciones por sí mismo/a?
- ¿Te sientes responsable de todo lo que le sucede a tu hijo/a, incluso si está fuera de tu control?
- ¿Respondes inmediatamente a todas las demandas y requerimientos de tu hijo/a, incluso cuando consideras que no son realmente necesarios?
- ¿Evitas que tu hijo/a experimente situaciones difíciles o desafiantes para protegerlo/a de posibles frustraciones o malestar?
- ¿Sientes la necesidad de estar constantemente presente en la vida de tu hijo/a, interviniendo en todas sus actividades y decisiones?
- ¿Te cuesta establecer límites claros y firmes con tu hijo/a por miedo a que se sienta triste, frustrado/a o enojado/a?
- ¿Te cuesta permitir que tu hijo/a asuma responsabilidades y consecuencias por sus acciones, prefiriendo asumir esas responsabilidades por él/ella?
- ¿Sientes que debes proteger a tu hijo/a de cualquier posible peligro o riesgo, incluso aquellos que son normales en su desarrollo y crecimiento?
- ¿Te sientes incómodo/a o ansioso/a cuando tu hijo/a se enfrenta a situaciones desconocidas o desafiantes sin tu presencia o apoyo constante?
- ¿Evitas que tu hijo/a experimente fracasos o decepciones, interviniendo para asegurarte de que siempre tenga éxito y se sienta feliz?
Recuerda que estas preguntas son solo una guía y que la sobreprotección es un espectro, por lo que no hay respuestas correctas o incorrectas. Si identificas tendencias de sobreprotección en tu crianza, puedes reflexionar sobre ellas y considerar formas de fomentar la autonomía y el desarrollo saludable de tu hijo/a.
¿Qué hago para no ser tan sobreprotector/a?
Aquí tienes algunos ejercicios con ejemplos que podrían ayudarte a ser menos sobreprotector/a:
Delegar responsabilidades
Permítele a tu hijo/a asumir tareas y responsabilidades acordes a su edad y capacidad. Por ejemplo, puedes pedirle que se encargue de preparar su propia merienda, ordenar su habitación o cuidar de una mascota bajo tu supervisión.
Fomentar la resolución de problemas
En lugar de intervenir de inmediato cuando tu hijo/a enfrenta un problema, anímale a buscar soluciones por sí mismo/a. Puedes guiarle con preguntas que le ayuden a reflexionar, como «¿Qué opciones tienes?», «¿Qué podría hacer en esta situación?» o «¿Qué consecuencias tendría cada opción?».
Establecer límites y normas claras
Es importante establecer límites y normas adecuados para el desarrollo de tu hijo/a. Esto les proporciona estructura y les ayuda a aprender sobre responsabilidad y consecuencias. Por ejemplo, establece horarios de pantalla, reglas para las tareas escolares o normas de comportamiento en casa.
Permitir experiencias de aprendizaje
Deja que tu hijo/a experimente pequeños fracasos y aprenda de ellos. Por ejemplo, si olvida su lonchera en casa, no corras a llevarla de inmediato, sino permítele enfrentar las consecuencias y aprender a ser más organizado/a.
Fomentar la independencia gradualmente
Da pasos pequeños para fomentar la independencia de tu hijo/a. Por ejemplo, si siempre lo/a acompañas a la puerta de la escuela, puedes comenzar a dejarle que camine solo/a hasta cierto punto y luego se reúna contigo.
Apoyar el desarrollo de habilidades sociales
Permite que tu hijo/a tenga experiencias sociales y aprenda a manejar situaciones de interacción con otros niños y adultos. Anímale a participar en actividades grupales, como deportes o clubes, donde pueda aprender a trabajar en equipo, resolver conflictos y establecer relaciones.
Practicar la confianza
Aprende a confiar en las capacidades y decisiones de tu hijo/a. Permítele tomar decisiones adecuadas a su edad y apóyale en sus elecciones. Esto les dará confianza en sí mismos/as y les permitirá desarrollar habilidades de toma de decisiones.
Recuerda que cada niño/a es único/a, y es importante ajustar estos ejercicios a las necesidades y capacidades de tu hijo/a. La clave está en encontrar un equilibrio entre brindar apoyo y permitirles explorar y aprender por sí mismos/as.
En resumen…
La sobreprotección en la crianza de los hijos puede convertirse en una pandemia en sí misma si no tomamos conciencia de sus efectos negativos. Es importante buscar un equilibrio entre cuidado y autonomía, promoviendo la responsabilidad y la confianza en los niños. Al dejar que nuestros hijos sean independientes, les permitimos crecer, aprender y convertirse en personas seguras de sí mismas, capaces de enfrentar los desafíos de la vida. La crianza consciente y equilibrada es clave para formar una generación resiliente y autosuficiente.
Autora: Sara Ávila.
Psicóloga General Sanitaria en Self Psicólogos Majadahonda
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