La Navidad y nuestra salud mental: felicidad, nostalgia, estrés y soledad
La Navidad es una época que, para muchos, está llena de luces, risas y encuentros. Pero también puede venir acompañada de emociones encontradas: desde la alegría por estar con los nuestros hasta la melancolía por quienes ya no están, o el estrés por querer que todo sea perfecto. Si alguna vez te has sentido abrumado en estas fechas, no estás solo. La Navidad tiene una forma especial de tocar nuestras emociones, para bien o para mal.
En este artículo, exploraremos cómo afecta nuestra salud mental, con ejemplos cotidianos que seguramente reconocerás, y consejos prácticos para cuidar tu bienestar emocional durante las fiestas.
La magia y nostalgia navideña
¿Te has dado cuenta de cómo un villancico o el olor del bizcocho recién horneado pueden transportarte a tu infancia?
Esa sensación cálida y familiar es parte de lo que hace especial la Navidad. Tradiciones como decorar el árbol, ver películas clásicas o incluso escribir la carta a los Reyes Magos pueden hacernos sentir una felicidad genuina.
Por ejemplo, Marta, una amiga que cada año hornea galletas con sus hijos, dice que ese momento siempre le recuerda a cuando ella hacía lo mismo con su abuela. Esa mezcla de felicidad y nostalgia le llena el corazón.
Pero también puede ser un arma de doble filo. Para quienes han perdido a un ser querido, esos mismos recuerdos pueden traer melancolía. Pedro, por ejemplo, nos cuenta que, aunque le encanta montar el Belén, le cuesta no pensar en su padre, que siempre ponía la estrella en lo alto del árbol.
Consejo: Si la nostalgia te pesa, intenta honrar esos recuerdos de manera positiva. Por ejemplo, crea una nueva tradición en honor a esa persona especial, como encender una vela o dedicarle un brindis.
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El estrés festivo: cuando quieres que todo sea perfecto
¿Cuántas veces has corrido de tienda en tienda buscando «el regalo ideal»? O te has quedado hasta tarde envolviendo regalos mientras piensas en la cena del 24. La presión por cumplir con todo puede pasar factura.
Laura, por ejemplo, siempre organiza la cena navideña en casa. Aunque le encanta ser la anfitriona, admite que el estrés de asegurarse de que todo esté perfecto (desde los manteles hasta el menú) le quita parte de la ilusión.
El estrés navideño suele venir de tres frentes:
- La economía: Gastos en regalos, cenas, decoraciones… Es fácil que el bolsillo sufra.
- El tiempo: Entre el trabajo, las reuniones familiares y los compromisos, parece que nunca hay suficientes horas.
- Las comparaciones: Ver en redes sociales las «Navidades perfectas» de otros puede hacer que sintamos que no estamos a la altura.
Consejo: Haz una lista realista de prioridades. Pregúntate qué es realmente importante. ¿Necesitas un árbol gigante o sería más divertido decorarlo con lo que ya tienes? Recuerda que los momentos cuentan más que los objetos.
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La soledad en Navidad: un silencio que pesa
Mientras las casas se llenan de risas y abrazos, hay quienes pasan estas fechas en silencio. ¿Te ha pasado sentir que, aunque estás rodeado de gente, algo falta?
Esto es común en personas que viven lejos de sus seres queridos o que enfrentan cambios recientes, como un divorcio o el duelo por alguien que partió. Ana, por ejemplo, cuenta que tras mudarse a otra ciudad por trabajo, sintió un vacío enorme en su primera Navidad lejos de su familia.
Consejo: Si estás lejos, aprovecha la tecnología para conectarte. Una videollamada durante la cena o compartir fotos con tus seres queridos puede hacer una gran diferencia. También puedes unirte a actividades comunitarias, como colaborar en un comedor social, para sentirte acompañado y útil.
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Consejos prácticos para cuidar tu salud mental navideña
- Simplifica tus celebraciones
No tienes que hacerlo todo. Por ejemplo, en lugar de cocinar cinco platos, opta por uno especial y sencillo. Como dice mi vecina Carmen: «El mejor pavo es el que no te deja agotada antes de cenar». - Enfócate en lo que importa
Regalar experiencias (como entradas al cine o una salida a comer) puede ser más valioso que un objeto caro. - Practica la gratitud
Cada noche, piensa en tres cosas buenas del día, aunque sean pequeñas: un mensaje bonito, el abrazo de un amigo o el café que compartiste con alguien especial. - Crea momentos para ti
Haz algo que disfrutes solo para ti. Puede ser leer un libro frente al árbol, darte un baño relajante o caminar por las luces de la ciudad. - Busca ayuda profesional si lo necesitas
No es un fracaso pedir ayuda. Hablar con un psicólogo puede ayudarte a manejar mejor tus emociones durante las fiestas.
Viviendo una Navidad con bienestar emocional
Al final del día, la Navidad no tiene que ser perfecta para ser significativa. Lo importante es disfrutar de los pequeños momentos, como reír con los tuyos, escuchar música que te emocione o simplemente darte permiso para sentir lo que sientes.
¿Cómo vives tú la Navidad? Cuéntanos en los comentarios qué haces para cuidar tu salud mental en estas fechas. Si este artículo te resultó útil, ¡compártelo con alguien que lo necesite!
Escrito por Self psicólogos en Majadahonda
Bibliografía:
- Mind. (n.d.). Christmas and mental health. Recuperado de https://www.mind.org.uk
- Mayo Clinic. (2022). Stress, depression, and the holidays: Tips for coping. Recuperado de https://www.mayoclinic.org