Claves para superar tu necesidad de control

A menudo, asimilar que uno de los factores dominantes en nuestra vida es la incertidumbre no es una cuestión sencilla. Si a lo anterior sumamos la necesidad de tomar decisiones constantemente, unas más trascendentales que otras, y sin conocer con certeza cuál será el resultado, el panorama puede parecer aún más complejo. Considerando este contexto, los seres humanos presentamos una tendencia natural a controlar lo que nos rodea. Por lo general, esta conducta refuerza nuestro sentido de seguridad y una sensación de poder sobre la misma incertidumbre, lo cual permite aliviar los sentimientos de ansiedad y desasosiego que esta genera. Pero cuando sentimos necesidad de control, todo el tiempo, esta conducta deja de ser saludable.

¿Cuándo la necesidad de control se convierte en un problema?

No cabe duda que el control es útil y normal en ciertas circunstancias, no obstante, cuando este comportamiento determina y absorbe tu día a día, e incluso es algo que quieres imponer a otros, podemos estar hablando de una conducta perjudicial que debe evaluarse y transformarse.

A continuación, compartimos brevemente algunas de las causas de esta tendencia, que, si bien no es catalogada como trastorno, sí puede llegar a ser altamente desestabilizadora y desencadenante de otras patologías que afectan la salud mental.

¿Por qué queremos controlarlo todo?

Claramente nuestra sociedad nos ha educado con base en el valor de la estabilidad, elegir una profesión para toda la vida, un empleo fijo, una pareja “hasta que la muerte nos separe”, una casa determinada, un número exacto de hijos, etc.  Sin embargo, todos sabemos que la vida se desarrolla de manera impredecible y caótica buena parte del tiempo, así que cambios imprevistos como el desempleo, una enfermedad o el divorcio, son aspectos con los que, gran porcentaje de la población tendrá que lidiar en algún momento de su vida (Castañeda, 2016).

Gracias a esto, y en cierta medida como reflejo de supervivencia, es que todos los seres humanos ejercemos el control de manera cotidiana sobre algunos aspectos de nuestra vida, sin duda, esto hace posible poder vivir de una manera normal y fluida.  Por ejemplo, planear un cumpleaños, una cena con amigos, o unas vacaciones, son situaciones en las que cierto grado de control asegura que nuestros planes puedan darse en mayor medida.

No obstante, cuando más allá de comprar unos billetes de avión o reservar un hotel, se genera una obsesión por los detalles y las minucias (el clima no es el que habías anticipado, las excursiones que habías visto ya no están disponibles etc), y esto te genera frustración enfado o incapacidad de disfrute, podemos estar hablando de una conducta nociva.

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El querer controlarlo todo, está íntimamente relacionado con el miedo al fracaso, la inseguridad en nosotros mismos, baja tolerancia a la frustración o baja capacidad de resiliencia. De ahí que se generen emociones negativas o se desencadenen cuadros de ansiedad, estrés o depresión cuando se presentan situaciones imprevisibles o los planes no se desarrollan de acuerdo a lo estipulado inicialmente. También pueden aparecer conductas maniáticas y obsesivas que crean una ilusión de control sobre el ambiente o las personas. Por ejemplo, con la limpieza y el orden, o con ejercer presión para que los otros actúen conforme a lo que nosotros consideramos que es lo adecuado y correcto (Guerri, 2021).

Claves para superar tu necesidad control

Las personas que constantemente necesitan tener todo bajo control son incapaces de confiar en las circunstancias y en la vida misma. Son altamente vulnerables ante los cambios bruscos o la inestabilidad, por insignificantes que sean, y suelen ser dominantes con individuos de su entorno cercano. Otros rasgos característicos de las personas excesivamente controladoras son:

• Creer saber lo que les conviene a las personas que le rodean e imponer su punto de vista
• Patrones de conducta obsesivos relacionados con la minuciosidad o comprobación
• Exigir lealtad y obediencia
• No confiar fácilmente en los demás
• Ejercer constante vigilancia sobre los otros y sobre su día a día
• Se auto perciben como líderes, pero actúan como tiranos
• Conductas maniáticas

Si eres una persona que siente miedo o sufrimiento cuando factores de tu vida cambian, o eres incapaz de enfrentar nuevas circunstancias sin experimentar altos grados de estrés o ansiedad, y presentas varios de los rasgos antes mencionados, a continuación, te compartimos algunas claves o tips básicos para que puedas poner en práctica en tu día a día y logres sobrellevar de una mejor manera la incertidumbre o los factores cambiantes de la vida.

¿Cómo dejar de ser una persona obsesionada con el control?

La sensación de tenerlo todo bajo control puede hacernos creer por momentos que tenemos la solución a todos los problemas, que podemos superar el azar, o que la incertidumbre es cosa de otros.  Sin embargo, todo esto no es más que una simple ficción que puede terminar por arrebatarnos la capacidad de resolver los problemas de una manera creativa y de desarrollar nuevas habilidades emocionales.  Para eliminar la dependencia al control puedes intentar:

Perder el miedo al fracaso

La carencia de seguridad en ti mismo puede llevarte a realizar siempre las mismas actividades para sentirte seguro o en tu zona de confort. No obstante, esto impide poder tener otro tipo de experiencias placenteras que enriquecerían tu personalidad y tu vida misma.  Date el tiempo y la oportunidad en el día a día de elegir un camino diferente para ir al trabajo, visitar un bar o café nuevo, o hablar con un desconocido en el transporte público.  Hacer pequeñas cosas que rompan con tu rutina podría fortalecerte y perder el miedo a lo desconocido y a ti mismo.

Acepta que hay aspectos que están fuera de tu control e identificar los que sí lo están

Constantemente muchas preocupaciones pueden agobiar tu mente y claramente no puedes tener el control sobre todas ellas. Empieza por identificar aquellas de las que puedes hacerte cargo, por ejemplo, tus emociones, juicios, opiniones, comportamientos y acepta que las demás son imposibles de cambiar o de ejercer determinada influencia para que lo hagan (el clima, la economía, el humor de tu jefe).

Identifica de dónde viene tu miedo o ansiedad

Realiza una observación consciente de tus emociones y sensaciones, e identifica por qué y cuándo sientes miedo o ansiedad.  Lograr saber qué te genera estas condiciones es el primer paso para actuar.

Gestiona tus pensamientos negativos

Aunque controlar la mente puede parecer algo imposible, evita centrarte en aquellas ideas negativas o pensamientos tóxicos y trata de hacerlos pasajeros. Para ello, los ejercicios de respiración o la meditación pueden ser muy útiles.

Delega

Evita cargarte de responsabilidades y confía en las habilidades o talento de los demás para hacer las cosas. Esto ayudará a disminuir tus niveles de estrés y generará lazos más sólidos con tus allegados.

Sé más flexible

Intenta con pequeños actos de tu vida cotidiana acoplarte a los cambios y dejarte sorprender por las nuevas experiencias. Dejar de planear al menos un día a la semana, modificar tus horarios y tareas, tener un encuentro casual o espontáneo con un amigo o pareja podría ayudarte a ver la vida y sus cambios de otra manera (Rodríguez, 2020).

Autora: Rebeca Carrasco García

Psicóloga y Psicoanalista en Self Psicólogos Majadahonda

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Castañeda, A (2016). Lo que esconde la necesidad de controlarlo todo, disponible en: https://www.loquelaobesidadesconde.com/lo-que-esconde-la-necesidad-de-controlarlo-todo/, consultado febrero de 2022.

Guerri, M (2021). Necesidad de control. ¿Qué es y qué problemas puede generar?, disponible en: https://www.psicoactiva.com/blog/necesidad-control-problemas-puede-generar/, consultado febrero de 2022.

Rodríguez, C (2020).  Controlar lo incontrolable, disponible en: https://www.hacerfamilia.com/psicologia/controlador-obsesiones-psicologia-control-20161114144120.html, consultado febrero de 2022.